lunes, 14 de marzo de 2011

El ángel de espadas (o de copas)



Este señor que veis tan sonriente en la foto de aquí arriba es Ángel Espadas y era tercero en las listas del PP para las elecciones municipales de Santiago. Hoy ha sido noticia por haberse quedado dormido en un semáforo de madrugada, más pedo que Alfredo. Un dato impactante si tenemos sobre todo en cuenta que, para denunciar el exceso de consumo de alcohol (y otras sustancias) de ésta nuestra juventud, se infiltró en un grupo de jóvenes que hacían botellón allá por octubre del 2008. Publicó su azaña En El Correo Gallego y explicó que  "había "mucha gente vomitando y al borde del coma etílico, liándose porros en las escalinatas ante la pasividad de los policías, que en ningún momento se acercaron a recriminarles su comportamiento". Quizá fue esa experiencia la que lo traumatizó y le hizo darse a la bebida, entrando en un círculo vicioso que culminó esta madrugada. Probablemente no, pero el caso es que verse tras en esa penosa situación, ha decidido renunciar a su cargo. Ha hecho algo coherente al menos.

Esta "anécdota" da fe de la doble moral que nos rodea y no sólo en los medios de comunicación (lo más criticado normalmente). La política es un nido absoluto de cinismo desaforado. El mismo PP que critica, por ejemplo, la prohibición de los toros en Cataluña, es el mismo que promovió la misma en Canarias hace unos cuantos años. Y esto es sólo un ejemplo, pero no hace falta mirar mucho más allá para encontrar otros varios. Os invito a los que leáis esto a plasmar alguno más aquí debajo. Gracias de antemano.

2 comentarios:

  1. Algo coherente dentro de una inchoherencia, la poca dignidad que le queda le ha servido para dejar su cargo...

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  2. Mira que tienen los políticos la manía de terminar hasta arriba de lo que tanto criticaban. ¿Será para demostrar en sus propias carnes que es caca?

    Cuando salió adelante la ley del divorcio, la pusieron a caldito muchos de los que hoy han terminado divorciados.

    No dejo de imaginarme al señor Espadas durmiendo la mona y siendo pillado con la baba en el volante a lo Hugh Grant.

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